MAESTRO JAVIER LOAYZA

Soy Javier Loayza Valda, aunque mi nombre completo es Javier Francisco de Paula, y ese nombre aunque en algunas oportunidades me trae problemas, pero sirve, sirve para que nadie se olvide semejante nombre tan largo e interesante y yo les digo, en son de broma al estilo chuquisaqueño, "chiquito era no me podía defender".

Lo que ocurre es que mi padre, el coronel Julio Lanza Sanz dice ser descendiente de Francisco de Paula Sanz, el último gobernador de Potosí, que fue ahorcado por los patriotas, entonces me tocó a mí llevar el nombre. Tengo muchos amigos, cuando estudié en Cochabamba en el colegio Juan XXIII, entre ellos, Juan Castañares, Walfré Barreto, ellos también se acuerdan, sobre todo de mi nombre Francisco de Paula.

¿Cómo incursiona en el arte de la música?

Es de familia, mi papá es militar y sabía tocar el charango y mi abuelo padre de mi mami también, o sea, de parte de padre y de madre. Tenía mi papá un charanguito que guardaba en su ropero y yo lo sacaba de ocultas para aprender a tocar.

Es curioso, mi padre me animó a tocar, él me presentó a don Mauro Núñez, eran muy amigos, porque en las andanzas políticas, mi papá como exiliado del MNR estaba en la Argentina, cuando Perón. Él se había conocido con Mauro Núñez y se volvieron a encontrar en Sucre, yo era un chiquillo, tenía unos 12 o 13 años y me presentó y estudiaba con él. 

Luego me presenté al Festival de la Canción el año 1974 en Oruro y gané el premio, por eso me dediqué a la música, porque decía: "Si puedo ganar premios, quiere decir que tengo talento, me va a ir bien, aunque de plata no me ha ido tan bien, pero de realización personal…fabuloso".

De esa manera, Oruro ha tocado las fibras de mi destino.

¿Qué es la música para usted?

Es la vida misma, es todo. Es más que el lenguaje, es la presencia de Dios mismo.

¿Al margen de compartir la música con los demás, también enseña?

Soy profesor, he trabajado en primaria, en secundaria, he trabajado mucho tiempo en la escuela Simeón Roncal, una escuela de música específicamente, y es muy gratificante enseñar; aunque también a veces, como todo, tiene su anverso y reverso, es una ley de la dialéctica, es la lucha de contrarios, todo tiene su positivo, todo tiene su negativo, pero, aunque sea poquitito, siempre me quedo con lo positivo.

¿Canta y qué clase de instrumentos toca?

La música es un espectro gigante, si quieres ser intérprete hay "n" instrumentos que puedes tocar o puedes ser compositor, musicólogo, director, comentarista o puedes especializarte como periodista sólo en música y hacer crítica musical, cosa que no hay en Bolivia.

Yo he optado por seguir con el charango, soy charanguista y me ascendieron al grado de Maestro en el último encuentro que hubo el 2005 aquí, y esa es otra de las razones para que quiera tanto a Oruro.

¿Además de su familia, quienes más lo han impulsado, recuerda?

A mis profesores, he tenido muy buenos profesores, a don Juan Manuel Tórrez, doña María Luisa Williams, Antonio Auza, esos nombres son muy conocidos en el ámbito de los profesores de música de acá, porque muchos de los profesores han estudiado en Sucre, y no me olvido de don Oscar Aranibar, tantos profesores muy buenos que he tenido.

¿Cómo artista qué mensaje puede dar a la juventud, para que tal vez vean en la música, en el arte una buena alternativa?

En la vida, uno tiene que asumir los dotes que Dios le ha dado, los talentos que Dios le ha dado y tiene que hacerlo con empeño, tiene que hacerlo con sacrificio, todo lo que haga está bien, pero tiene que hacerlo con sacrificio y como decimos en términos corrientes, sin ponerle mala intención, sin ponerle mala leche, como decimos.

La gente empieza a torcerse, cuando le va poniendo mala leche a las cosas, se empiezan a dedicar a una cosa muy buena, como el deporte, si después vas a terminar torciéndote a otras cosas, o sea el deporte en sí mismo, se está volviendo en un vehículo para hacerlo mal.

La cosa es no tener mala intención para hacer las cosas, hay que dedicarse a todo y la música es un canal más, pueden dedicarse al fútbol, pueden dedicarse a sus profesiones, a la afición a la caza, a tantas cosas; los seres humanos no somos inútiles, siempre tenemos la razón y por eso estamos en este mundo y la música es una de esas.

¿Además del arte, tiene otras profesiones?

Soy profesor y soy abogado también, en mis tiempos libres era abogado, ahora no tengo tiempo.

¿Qué tiempo le dedica a la música?

Últimamente, dejé de trabajar en el magisterio, en la abogacía estuve durante siete años y me he estado dedicando a todas estas cosas, y tengo bastante material no sólo de este libro "Antología del Bailecito Chuquisaqueño", tengo otro material más que está listo para publicarse. Hay programas educativos, material didáctico, audiovisual, ahora que se puede hace en la computadora; material interactivo por ejemplo, estoy tratando de introducirme por ahí, hacer apreciación musical, juegos, estoy trabajando en eso y eso me toma mucho tiempo.

¿Algo que quiera decir al pueblo orureño?

Que sigan siendo como son, un pueblo tan lindo, tan amante de su cultura y eso es lo que les había dicho, eso es vida, es la vida misma y ustedes aman la vida, sigan adelante con eso.

 

WebMaster: Luis Daniel Córdova Peñaranda